jueves, 31 de diciembre de 2009

Gelatina de peras con bizcocho de chocolate



Ingredientes para 14 moldes:


Bizcocho de chocolate tipo brownie. Se puede utilizar el que venden listo para hornear en la sección de pasta fresca de los supermercados. Yo utilicé dos paquetes. Sale riquísimo. Si no, esta es otra alternativa para los que tengan más tiempo.

Mousse de pera


Mousse de chocolate

Tiras de acetato de 4 o 6 centímetros de ancho, dependiendo de lo alto que queramos hacer los moldes. Yo utilicé los de 4 y quedaron bastante bien.

Chocolate negro para decorar


Preparación:

Se extiende la masa de bizcocho sobre un papel de horno del tamaño de la bandeja y se alisa. Tras hornearlo nos quedará una plancha de bizcocho de tres centimetros de alto más o menos. Una vez frío, se coge un molde en forma de aro o un vaso de unos cuatro centímetros de diámetro y se van sacando círculos del bizcocho. Se reservan aparte.

Cortamos tiras de acetato lo suficientemente largas como para abrazar cada bizcocho redondo. Se pegan con un poco de celofán, dejándolas algo apretadas, porque tienen que contener la mousse de pera cuando todavía está semilíquida.

Volcamos una pequeña cantidad de mousse de pera en cada moldecito, dejando como un centímetro hasta el borde (aproximadamente) y ponemos los moldes a enfriar hasta que cuaje la crema.

Terminamos rellenando una manga pastelera con mousse de chocolate y lo distribuimos encima de cada pastel. Reservamos en la nevera

Antes de servir, retiramos con cuidado el acetato. Después decoramos al gusto: con unas frambuesas, unas tejas de chocolate amargo o unas perlas dulces. Yo utilice unas hojas de chocolate muy prácticas.

Si uno no quiere complicarse tanto la vida, se puede hacer todo el proceso, pero en forma de tarta grande, con una sola tira de acetato, en lugar de moldecitos individuales, aunque es menos vistoso.

2 comentarios:

  1. Querida Katia, observo que no tuviste que utilizar las láminas de transparencias (¡qué chapuza!) como sustitutas de las tiras de acetato.

    Andrés Velencoso

    ResponderEliminar
  2. Pues no, al final, en el último momento me fui a Alambique, que es un paraiso de cacharritos de cocina y compré allí el acetato. Imagínate que las transparencias tuvieran algún tipo de sustancia e intoxico al personal...

    ResponderEliminar

Lo que la gente dice...